Espero que no me guardes rencor y corras hoy sin dolor por ese sitio donde se han ido ya tantos galguitos.
Prudencia era tu nombre porque la prudencia era la mejor de tus cualidades. Esa galga a la que todos querian pasear, la primer galga que he conocido de cerca, hace ya tiempo… flaquita mia. ¡Cuántas cosas vivimos juntas!! A cuántos perros heridos ayudó tu sola presencia, tu tranquilidad, tu calma.
Tan suave como un peluche, contigo y por ti empezó mi andadura por este mundo de galguitos necesitados de justicia. Por ti seguí recogiendo desgraciaditos y por ti no he parado de llevar la voz de los perros olvidados a todos lados, incluso a sitios donde nadie quiere escuchar.
No se bien que decirte porque nosotras hablabamos poco, pero hacíamos mucho. Has sido la mejor representante de los galgos cuando aun era raro ver a uno como animal de compañía y menos aun en un colegio, con niños pequeños.
Nunca hiciste una trastada, nunca un mal gesto, todo en ti era grande como tu altísimo cuerpo.
Y todos recordaremos siempre a esa galga muy tímida, orejuda, prudente y cariñosa que encabezó una lucha que no podrán parar.
Gracias Prunilda por todo lo que me diste, y espero que tu vida con nosotros te haya alcanzado para olvidar al hijo de puta que te utilizó y te abandonó herida.
Estamos muy triste en casa, porque hay una enorme cama vacía, pero no había manera de quitarte ese dolor que te comía por dentro.
Adios amiga mía. Dile a mi Gordita que la echo de menos. Recuerdo qué equipazo formábamos cuando sólo estábais vosotras tres en casa, con Tita que aquí se queda a ayudarnos a seguir adelante. Ahora somos muchos más, y todo es mas dificil y yo ya estoy muy cansada.
Hasta siempre amiga.