Seis… seis años nos regalaste… Seis años donde contigo aprendimos lo que es no parar de luchar, avanzar, avanzar. Años en los que juntos vivimos un día día de alegrías y trabajo, un día a día de respeto y aceptación, un día a día que nos ha impulsado a no querer dejar de ayudar a los animales abandonados, porque tu energía y tu empeño en vivir nos cambió la cabeza para siempre. Si un perro quiere luchar y decide vivir, hay que acompañarlo y ayudarle a hacerlo posible, porque te está dando la oportunidad de darle sentido a cada paso que uno da.

Tu vida fue corta, intensa, rara, y te cansaste, así como un día decidiste vivir y levantarte aunque te hubiesen roto la columna; un día también decidiste que ya está bien y era hora de descansar. Respetamos tu decisión como antes la querer luchar por vivir, pero…

…es como si me hubiesen cortado los brazos…

Dormimos juntas, caminamos juntas, nadamos juntas, Intenté ser tus patas cuando quisiste ponerte de pie, tu cuidadora cuando querías comer y no podías masticar,  tu compañera cuando nadabas en la piscina, tu acompañante cuando subida al andador empujabas ese trasto a pesar del miedo que te daba.

Ya sabía que los galgos son perros muy fuertes, muchos me lo han demostrado, pero tú no eras sólo fuerte, eras una perra con una entereza de carácter que te hacía superior a todos.

Fuiste la esperanza de muchos, el ejemplo y los ojos de otros tantos, pero para mí eras mi Esperanza… de luchar, de creer, de seguir un camino y a la vez hacerlo.

Y así estuvimos juntas, poniendo la calle a medida que la caminábamos, por eso, quiero decirte gracias, gracias por haber estado en mi vida y enriquecerla.

Me gusta pensar que ahora estás volando bajito como deberías haberlo hecho antes de que la desgracia o desgraciado te haya roto el cuello. Me gusta imaginarte corriendo con Pruden, con Rocío, con Calamity, con Estrellita, con todos los que contigo compartieron casa y te tuvieron tanto tanto respeto.

Nos veremos un día, Espinita… y volaremos juntas…