Galgos como Polo, que un día se vió colgado de un olivo, esperando que volvieran a descolgarlo porque no entendía ese juego, pero nadie vino, pasó muchísimo tiempo, horas interminables donde luchó y luchó por soltarse, por apoyar sus pies en ese suelo que sentía tan cercano, que rozaba con sus uñas y de pronto, cuando ya se estaba quedando sin aliento, sitió una gran sacudida y y un golpe, estaba en el suelo, la cuerda se había cortado bajo el peso de un cuerpo.

Pero su agonía siguió, estuvo deambulando algunos días en Alcolea del Río, en la provincia de Sevilla , nadie le ayudaba. Hasta que por fín una persona le vió y sin poder creer lo que veía, intentó todo lo posible hasta que consiguió cogerlo y llevarlo a un veterinario, allí Galgos112 se hizo cargo de Polo y luego de una larguísima intervención, hoy 3 días después, está descansando en mi casa.

Recuerdo que hace nada leí un artículo donde un energúmeno, galguero él, defendía a los galgueros, con argumentos indefendibles, como cuando muestran los agujeros donde los tienen metidos,  aunténticos zulos, donde, sin ventilación ni luz, enteros de hormigón, se hacinan varios galgos que supuestamente ‘cuidan muy bien’, por temor a que, según dicen, los roben. ¿?

Pues no les creo nada, de nada, miserables aprovechados, todos esos galgueros que dicen amar a su galgos los mantienen en unas condiciones que dan asco, mal alimentados, sucios, lo más delgados posible, la mayoría son alimentados a pan duro o forraje, y sólo cuando se acerca la época de caza les dan algo más de comer, muchos se matan de hambre en peleas tremendas donde terminan comiéndose unos a otros.

Brutos, desgraciados, auténticos animales estos galgueros que lloriquean porque dicen que las asociaciones hablan mal de ellos.

Pues yo os digo, juzgar por vosotros mismo, mirar estas fotos y luego buscar un calificativo, decirme un sinónimo de galguero, y no os engañéis, no hay galgueros buenos.