Esta perrita se llama Onda, y tiene gran parte de su cuerpo quemado, toda ella huele a gasolina. Cuando la veo me hace pensar que viene del mismo infierno, pero Onda viene de un pueblo de Sevilla, del mismo pueblo donde ahorcaron al galgo Polo, de Alcolea del río, aunque da igual cuál sea el pueblo porque son demasiados los pueblos andaluces donde se trata a los animales peor que a la basura.

Onda fue rociada con gasolina y quemada viva,  junto con otros perros y la caseta a la que sus dueños la dejaron amarrada para que no se escapara. Los malnacidos que hicieron esto, han quemado otros animales ya, según nos cuenta un vecino, pero siguen a sus anchas campando por el pueblo.

Onda es muy pequeña, a penas pesa 7 kilos, y no tuvo fuerzas para cortar la cadena que la sujetaba mientras se quemaba como lo hicieron los otros perros que estaban junto a ella.

Pero la barbarie no ha acabado con el incendio producido por un imbécil al que ya deberían hacer encerrado, sino que sus propios dueños no le proporcionaron a Onda una atención adecuada, dijeron que la llevaron a un veterinario, que les dio una ‘pomada’ (más del 50 % del cuerpo de Onda tiene quemaduras muy muy graves) , pero cuando por fin Paqui, una voluntaria que ha rescatado ya a muchos perros del mismo infierno, consigue que le cedan la perra y la vemos en la clínica veterinaria, Onda lleva 4 días con el cuerpo cubierto por un spray  color plata como se la ve en la foto, sus heridas ya han comenzado a infectarse y supuran.

Crueldad al quemarla viva, y doble crueldad la de sus dueños que no aliviaron su dolor. Brutalidad por todos lados para una pequeña que con apenas 1 año quizás no pueda tener jamás una vida digna.

Onda nos mueve su colita mientras hacemos malabarismos para casi sin tocarla subirla a la mesa y administrarle un tranquilizante, sus heridas se están infectando, nadie le ha dado ni un antibiótico ni un antiinflamatorio en todos estos días, se nos caen las lágrimas de indignación y pena sabiendo que el dolor que esta perrita ha padecido y padece es tremendo.

No hay derecho, ni hay suficientes Paquis que puedan salvar a tantos perros que, como Onda, son maltratados por humanos bestias ante la impasividad de los bestias de sus dueños.