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Este tema no está en debate, se hace obvio que en la situación en que se encuentran los perros y gatos, la respuesta es ‘esterilización, si’. Pero quizás haya que decir algo más, porque mucha gente, aún no sabe el exceso de perros abandonados que hay en España; y no sabe que, camadas enteras que mueren en las perreras, en los refugios, extrerminadas al nacer, no queridas….

Por eso se hace necesaria la esterilización, para poder controlar la gran cantidad de abandonos, si alguien quiere un perro, que vaya a una perrera, a un refugio, que salga a la calle, está lleno, están muriéndose de hambre, de enfermedades, de tristeza, y sin embargo no dejan de nacer camadas y camadas…

La responsabilidad de tener un perro y/o un gato, pasa por darle una vida digna, y no es posible para la mayoría conseguir que su perro o su gato esté satisfecho sexualmente, así que respecto a la vida emocional de ese animal, sin vida sexual, pero con todas las ganas intactas, es muy triste, perros que no paran de estar siempre salidos, refregándose en todo lo que pueden, gente, almohadones, objetos varios.  Gatas siempre en celo maullándo sin parar. Perritas con embarazos psicológicos y las tetas llenas de leche aunque nunca han estado con un macho… Y un largo etc. de comportamientos que nos dan la pauta de que esos perros no son felices, están nerviosos, inestables, enfadados, histéricos.

Y esta la otra parte de la realidad, la de esas perritas que no dejan de parir en la calle, que cada año ven morir a sus cachorros aplastados por coches, estallados por personas contra las paredes, de enfermedades, quemados vivos…

Camadas enteras que mueren de parvo en las perreras, de moquillo, de tos, de ser demasiado jóvenes para no tener madres….

Hay que tomar conciencia de que la realidad es la que hemos conseguido, y en esta realidad que tenemos hoy, los perros y gatos deben esterilizarse para poder tener una vida digna.

Hasta que seamos capaces de tomar la conciencia suficiente como para saber controlar los nacimientos, y sobre todo, hasta que seamos capaces de asumir el abandono como una forma antisocial de comportarse.