El otro día mientras enviaba a un perro a su casa de acogida, me encuetro con otra persona que también enviaba un perro a su acogida, pero mientras yo manda mensajes y acordaba con mi compañera que me avisara en cuanto llegara, ella lloraba porque la persona que recibiría a su perro no cogía el teléfono, ni respondía sus mail.
Por eso me pregunto por qué unos sí y otros no? Porque eso es lo que hay, unas asociaciones se creen que están por encima del bien y del mal, y otras se creen que están por debajo de los demás.
Lo mismo que cada persona tiene una percepción de sí misma que al final se trasmite a los demás, y nos ven como nos vemos, igual las asociaciones hablan lo que son por boca de sus componentes.
Así llegamos a situaciones ridículas y muchas veces dantescas, donde unas personas rescatan perros como pueden, con lo que pueden, y quizás sin demasiados miramientos.
Y otras se dan el lujo de elegir a quien ayudan, sin pensar ni un segundo en que los perros perros son, y todos están a merced de esta insensible sociedad donde les tocó nacer y sobrevivir.
Algunas personas, desde sus encumbradísimos puestos en asociaciones que se han hecho conocidas, porque se mueven en sitios privilegiados y muy diferentes a los otros, de dónde salen los perros destrozados, esas se niegan a atender un teléfono, a responder un mail, utilizan fórmulas impersonales para mandarte a paseo o te dejan tirado con un perro luego de prometerte su ayuda. Otras te ofrecen mil cosas pero lejos, muy lejos, y tienes que buscarte la vida para hacer llegar al perro, a tu costa, claro está.
Poca sensibilidad hay con la gente que mal o bien, rescata a un perro de la calle, poca amabilidad hay en esa gente que siempre tiene la ropa llena de pelos y el coche oliendo a rayos de tantos perros que llevan y traen.
Poco cariño social hay para esa gente que deja lo que está haciendo por ir a levantar a un perro medio muerto de una carretera, o se pasa el fin de semana intentando coger a un perrito herido y aterrorizado.
Quizás porque unos hacen el trabajo que no deberían, ya que la sociedad entera es responsable por cada perro tirado, abandonado, destrozado o asesinado. Quizás porque desde limpieza de una web poco se sabe de las urgencias, de la cantidad de muertos sin rescatar, de los días de llanto contenido por no poder hacer más.
A unos y otros quiero deciros que nos dejemos de tonterías porque la realidad es demasiado dura, porque uno a uno poco podemos abarcar, y porque con más o menos recursos, con más o menos conocimientos, todos tenemos en mente lo mismo, que los perros dejen de sufrir por culpa de los humanos que los tienen.