Unas líneas sobre ti es lo mínimo que puedo dedicarte Teo, desde que no eras más que la Tos de los trastos, un bebé delgaducho de mirada apagada que llegó a mi casa en una gatera pegadito a su hermana, hasta que te convertiste en un perro fuerte, guapo y maravilloso, tu vida fue una sola alegría.

Sin embrago no habías nacido para eso,  porque cuando apenas tenías dos meses alguien se deshizo de ti, volaste por encima de una valla, que por suerte eran los límites de una casa que protege a los animales.

Luego hiciste un largo viaje junto con tu hermana Leha, cuando ella aún era la Tras de los trastos, siempre juntos, juntos se deshicieron de vosotros, juntos os salvaron, juntos llegaron a mi casa y juntos se fueron en adopción a la casa de Fredy, que desde ese momento fue todo para vosotros y vosotros todo para él.

Pero a veces la muerte se ensaña con alguno de los galgos que rescatamos, como si estuviera persiguiéndoles, les golpea hasta que les mata.

Hace pocos días te fuiste, te dormiste para siempre, una cruel e inexplicable afección te fue minando el cuerpo hasta que sólo eras una sombra de ti mismo. Dejas tras de ti mucha tristeza, y un gran espacio vacío. Pero quiero que sepas que todos los que te hemos conocido estamos orgullosos de ti, de tu ser perro tan tan especial, has sido un gran compañero y un fiel amigo.

Nunca te olvidaré y seguiré por eso ayudando a tantos trastitos como pueda hasta que un día no tengamos que salvar a más galgos del infierno.